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Nº35 – Magnesitas

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LOCALIZACIÓN Y ACCESIBILIDAD

Los mejores afloramientos de calizas dolomíticas con magnesitas se localizan en la carretera nacional de Navalmoral de la Mata a Guadalupe (EX-118), a unos 2 km al norte de Navalvillar de Ibor.

La parada en coche no es fácil, aunque hay una pequeña entrada a la derecha de la carretera (si se va en dirección sur). Ahí se puede dejar el coche, cruzar la carretera ¡con mucho cuidado! y realizar las observaciones pertinentes.

ATRACTIVOS DE LA VISITA

En este punto se pueden observar diversos tipos de depósitos:

1) Depósitos detríticos y sus estructuras sedimentarias.

2) Las dolomías, sus rasgos iniciales (laminación, cantos planos,…), su aspecto cristalino y el aspecto marrón y granudo que presentan por meteorización química.

3) Las magnesitas, que son el objetivo fundamental de este punto. En el afloramiento de la carretera se ve cómo una masa de cristales grandes (mm) y de color marrón va entrando por las fracturas y los planos de estratificación de las dolomías (de color gris) y las van sustituyendo. Los cristales grandes son de magnesita y están reemplazando a los cristales más pequeños de la dolomía gris. En este punto se aprecia nítidamente lo que se puede denominar frente de reemplazamiento, en este caso frente de magnesitización.

Además, hay que señalar que en estas rocas dolomíticas con magnesitas es donde se va a formar la cueva de Castañar. El hecho de que sean rocas muy ricas en magnesio es lo que condiciona la gran variedad mineralógica y morfológica de los espeleotemas de esta cueva.

INTERPRETACIÓN GEOLÓGICA

Las magnesitas se localizan en el anticlinal del Ibor, dentro del Grupo Ibor, de edad Ediacárico superior. La bóveda del posible anticlinal o anticlinorio hercínico desapareció por erosión, dejando hoy en superficie los materiales más antiguos del zócalo, depositados durante el periodo Ediacárico (635-541 Ma) y plegados durante la orogenia Cadomiense.

El Grupo Ibor incluye una gran diversidad de rocas sedimentarias detríticas (lutitas, areniscas arcósicas, grauvacas y conglomerados) y de precipitación química (niveles de carbonatos discontinuos que pueden alcanzar más de 100 metros de potencia). Todos estos sedimentos se depositaron en un medio de plataforma mixta (siliciclástica y carbonatada).

El rasgo más notable es la presencia en los niveles carbonatados de Cloudina, uno de los primeros metazoos que segregaron un exoesqueleto calcáreo. Junto a Sinotubulites, Namacalathus y otros fósiles esqueléticos de finales del Ediacárico, son los precursores de la biomineralización generalizada que se produjo en los animales a principios del Cámbrico, favoreciendo nuevas estrategia de alimentación y defensa que permitieron la colonización de nuevos ambientes. Sin duda, el origen de los esqueletos dio lugar a una fuerte expansión de la fauna marina que se ha recogido en el registro fósil como un gran evento de la evolución conocido como “la explosión biótica del Cámbrico”.

Los estratos carbonatados del grupo Ibor incluyen calizas que en muchas áreas presentan procesos de intensa dolomitización diagenética. Estos procesos son muy importantes en el área de Navalvillar y Castañar de Ibor.

En Navalvillar de Ibor estos carbonatos son sobre todo dolomías, una roca calcárea compuesta por carbonatos cálcico-magnésicos, CaMg(CO3)2. En esta zona encontramos que el calcio de las dolomías ha sido prácticamente reemplazado por magnesio originando magnesitas. Las magnesitas están formadas por el mineral denominado magnesita (CO3Mg), es decir, exclusivamente carbonato de magnesio.