Geoparque Mundial UNESCO

Nº16 – Sierra de la Madrila

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LOCALIZACIÓN Y ACCESIBILIDAD

La sierra de la Madrila se encuentra al norte de la población de Cañamero y se accede a ella fácilmente con vehículos por la carretera de Cañamero a Berzocana (CC-21.1; también por la antigua CC-21.3).  Se llega a una rotonda situada en el puerto existente entre ambos municipios y después nos dirigimos hacia Navezuelas, a unos pocos metros a la derecha parte un viejo camino carretero que nos conducirá a esta sierra, al valle del río Ruecas y hasta Guadalupe.

ATRACTIVOS DE LA VISITA

Además de los lugares anteriormente citados, observaremos en algunos crestones cuarcíticos de la sierra de la Madrila excelentes ejemplares de Cruziana, icnofósiles originados por el desplazamiento y la excavación de los trilobites en el fondo marino, posiblemente buscando alimento. También, algunos estratos de cuarcitas contienen icnofósiles tubulares verticales denominados Skolithos.

Así mismo, en la ladera oriental, y muy cerca de la cúspide, puede visitarse un interesante abrigo rocoso aislado de cuarcitas, llamado “cancho de la Burra”, donde observaremos sobre la superficie de estas rocas numerosas pinturas rupestres esquemáticas de tonalidades rojizas y blancas, pinturas que fueron realizadas por pueblos pastores y cazadores del periodo Calcolítico, hace unos 3.500 años, siendo muy abundantes en casi todas las covachas y abrigos de las cumbres y laderas del valle del río Ruecas.

En la falda de la sierra de la Madrila se encuentra el Centro de Interpretación de la ZEPA de Villuercas y Valle del Guadarranque, una de cuyas salas está dedicada al geoparque. Muy cerca de este centro está la cueva de la Chiquita o cueva de Álvarez, un santuario rupestre con pinturas esquemáticas realizadas en el Calcolítico.

A destacar también la frondosa vegetación de ribera y las piscinas naturales del río Ruecas, ideales para refrescarte los días de más calor.

INTERPRETACIÓN GEOLÓGICA

En las cresterías de la sierra de La Madrila se observan los potentes estratos, casi verticales, de la Cuarcita Armoricana y, sobre ellos, se disponen otros estratos de cuarcitas de menor potencia y empiezan a ser abundantes los estratos de lutitas con numerosos icnofósiles.

La Cuarcita Armoricana es una formación geológica que fue definida en Francia en el Macizo Armoricano (Grés Armoricain), pero su traducción al español como “Cuarcita Armoricana” da lugar a ciertas confusiones. Una cuarcita se define como una roca silícea metamórfica; sin embargo, gran parte de los materiales corresponden realmente a areniscas silíceas muy ricas en cuarzo (≥90 %), por lo que el término adecuado para identificar estas rocas sería cuarzo-arenitas. Proceden de arenas silíceas muy maduras y lavadas que se habían formado en las playas y medios submareales poco profundos del periodo Ordovícico.

Conforme avanzaba la transgresión ordovícica aumentaba el nivel del mar y aparecían medios en los que las arenas se intercalan con materiales lutíticos propios de fondos limosos, menos batidos por el fuerte oleaje y con abundantes nutrientes, donde las comunidades de organismos bentónicos proliferan, manifestándose por la presencia de abundantes icnofósiles que representan la actividad de dichas comunidades, siendo muy característicos y espectaculares los producidos por trilobites (Cruziana).

Estas rocas se localizan en el flanco occidental del amplio sinclinal de Santa Lucía. La Cuarcita Armoricana se encuentran bastante fracturada, lo que permite la infiltración y acumulación del agua de las precipitaciones hasta que posteriormente es drenada a través de la caudalosa “Fuente de La Madrila«, situada en la ladera oeste de la sierra, próxima al contacto entre la base de la Cuarcita Armoricana, muy permeable por fracturación, y las rocas del Ediacárico, con una baja permeabilidad. Esta fuente abasteció de finas aguas, durante los años 30-60 del siglo XX, a la cercana población de Cañamero.

Desde el risco Viejo, situado en esta misma sierra, se observa hacia poniente una formidable panorámica, con la amplia y monótona penillanura de rocas ediacáricas (lutitas y grauvacas); el bloque elevado de Garciaz (de igual naturaleza), el stock granítico del cerro de San Cristóbal, en Logrosán; y hacia oriente observamos el sinclinal del río Ruecas, con la presa y el embalse del Cancho del Fresno; y hacia el sur, en la lejanía, las plataformas sedimentarias que constituyen las rañas de Cañamero y de Logrosán.