Durante la visita se pueden apreciar los interesantes caracteres geomorfológicos de la zona, como la gran penillanura precámbrica desarrollada sobre pizarras y granitos.
También sobre las pedreras de la Sierra de Altamira, los berrocales graníticos, el encajamiento de la red fluvial, subsidiaria del río Tajo, en la extensa penillanura que caracteriza la comarca de “La Jara” y los relieves residuales de las sierras cuarcíticas que la enmarcan en su borde Este: Sª de la Estrella, Sª Aguda, Sª de la Nava y Sª de Sevilleja.
En esta zona también se localiza el tránsito Ediacárico – Cámbrico, con el registro fósil más antiguo de la Península Ibérica. De hecho, en esta zona se ha descrito la sucesión sedimentaria correspondiente al Proterozoico terminal y su tránsito hasta el Paleozoico inicial, presentando un registro fósil continuo del tránsito Ediacárico-Cámbrico-Ordovícico, que tiene una gran relevancia a nivel paleontológico por conservarse algunos de los fósiles más antiguos de la Península Ibérica. Entre éstos se encuentran restos algales, icnofósiles de los primeros metazoos (Vendoténidos) y los primeros metazoos mineralizados con esqueleto calcáreo,Cloudina sp.
En los terrenos pizarrosos de La Jara, abundante en ricos pastos, se han localizado numerosos “verracos”, esculturas zoomorfas de la Edad del Hierro (Siglo IV a. C.), realizados por el pueblo ganadero de los Vetones. En Villar del Pedroso y Valdelacasa se guardan magníficos ejemplares que podemos observar en sus plazas ajardinadas.