Las magnesitas se encuentran en la parte central del Anticlinal del Ibor-Guadalupe Toda la bóveda del anticlinal desapareció por erosión dejando en la superficie los materiales más antiguos depositados durante el periodo Ediacárico (630 a 542 Ma). Se trata de un conjunto de depósitos detríticos de pizarras, areniscas y grauvacas.
Las estructuras sedimentarias de arenas, limos y arcillas que lo acompañan han permitido interpretar estos depósitos como sedimentos marinos someros, depositados en una plataforma mixta de carbonatos junto con materiales más silíceos (arenas, limos y arcillas). El rasgo más notable es la presencia de fósiles de Cloudinas.
Cloudina carinata es el primer animal que genera un exoesqueleto mineralizado y es el precursor de la biomineralización generalizada que se produjo en los animales a principios del Paleozoico para que pudieran colonizar nuevos ambientes en los que alimentarse y reproducirse.
Sin duda dio lugar a una fuerte expansión de la fauna marina que se ha recogido en el registro fósil como un gran evento de la evolución conocido como “la explosión biótica del Cámbrico”. En esta zona en la que nos encontramos, el calcio de las dolomías ha sido reemplazado por magnesio originando magnesitas.