36-EL ARCA DEL AGUA

Geoparque Villuercas > Sitios Culturales > 36-EL ARCA DEL AGUA

El Arca del Agua es uno de los legados de ingeniería más valiosos de cuantas obras de los jerónimos salpican el Geoparque Mundial de la UNESCO Villuercas-Ibores-Jara. Con el fin de aprovechar y distribuir el agua de los manantiales, en el siglo XIV se construyó una auténtica obra de arte de la ingeniería hidráulica medieval, que aún mantiene intacta su funcionalidad. Durante muchos siglos esta obra, que se adentra en las profundidades de la sierra, permitió que, tanto el Real Monasterio de Guadalupe, como las huertas, palacios, casas y hospitales cercanos contasen durante todo el año con el agua potable y fresca de los manantiales de la sierra. Ello fue sin duda uno de los pilares que permitieron la prosperidad de aquel lugar. Está considerada como la obra hidráulica en servicio más antigua de España.

A unos seis kilómetros de Guadalupe, accediendo por la carretera que lleva a Navalmoral de la Mata, y después por una pista que lleva hacia el oeste desde la ermita del Humilladero, se encuentra el Arca del Agua, una excepcional obra hidráulica con siete siglos a sus espaldas. Es uno de los geositios del Geoparque Mundial de la UNESCO Villuercas- Ibores-Jara y a pesar de su interés e importancia puede pasar desapercibido, al ser subterráneas la mayoría de sus estructuras. La construcción del Arca del Agua finalizó en 1350. Consiste, a grandes rasgos, en un complejo sistema de captación de aguas subterráneas para canalizarlas hasta el Real Monasterio y la Puebla de Guadalupe.

La captación principal está formada por una serie de galerías subterráneas, cavadas en la roca, cubiertas con pizarra o abovedadas con ladrillo, llamadas minas de agua, que drenan el agua de distintos manantiales, situados en su mayoría en las laderas sur y este del Risco de La Villuerca. En estas vertientes, el contacto entre las rocas cuarcíticas y las de componente pizarroso, da lugar a fisuras por las que surge el agua subterránea, por los manantiales, ‘veneros’ o ‘manaeros’.

El agua de estas galerías es conducida al Arca del Agua propiamente dicha, consistente en un aljibe o depósito cuya bóveda es un cañón ojival. La estructura de esta cisterna está construida con granito y cerca de su entrada existe una placa de bronce del siglo XVI con una inscripción que indica que los secretos de los ‘manaderos’ que surten al Arca del Agua están escritos y guardados en el monasterio. La mayor parte del arca está bajo el nivel del suelo, estando diseñada para que el agua llegue a su destino por gravedad. El agua acumulada se decantaba de posibles impurezas en este depósito y en el llamado ‘arquillo’.

El agua del arca, una vez llena, pasaba por su propio peso a una conducción fabricada con tubos de barro cocido que la llevaba en dirección a Guadalupe. A lo largo de su trazado se dispusieron una serie de respiraderos que evitaban que se acumulase el aire en la tubería, regulando así la presión. Este sistema de conducción se extiende a lo largo de seis kilómetros, estando completado con un túnel de doscientos metros excavado bajo el cerro Miramontes, también denominado ‘cerro Huracao’ o ‘cerro Horadado’.
Una vez llegaba el agua a La Puebla de Guadalupe, se distribuía mediante un sistema de conducciones menores por fuentes, pilares y huertas, haciendo posible que el agua cristalina que manaba en los veneros de la sierra estuviese disponible durante todo el año para el uso de los habitantes del Monasterio y de Guadalupe. Aún hoy, el agua de fuentes como la del claustro del monasterio, la de la Plaza de Santa María o la de los Tres Chorros, proviene del Arca del Agua.

Para el diseño de esta compleja obra se tuvieron en cuenta los preceptos que ya indicaban los clásicos, evitando en todo momento que el agua viese la luz hasta que no saliese por el caño de la fuente, para así conservar su salubridad. Los propios monjes la consideraban como la obra más importante de Guadalupe, según se señala en el códice que la describe «La conducción de esta agua es la cosa más importante y el principal y más antiguo patrimonio de esta Casa».