Al norte del término de Villar del Pedroso podemos encontrar tres tipos principales de rocas: Rocas graníticas, rocas filonianas y rocas metamórficas, todas ellas englobadas en el llamado Complejo Esquisto-Grauváquico o “Domo Extremeño” del periodo Ediacárico, con una edad superior a los 540 millones de años. Estructuralmente estas rocas precámbricas pertenecerían a la parte más profunda del denominado Anticlinal de Valdelacasa, hoy totalmente arrasado por los procesos erosivos que afectaron a esta región a partir de su emersión del océano por la Orogenia Hercínica hace unos 300 m.a.
En las cercanías de Villar del Pedroso el granito es de grano grueso, pero unos kilómetros al norte el granito es de grano muy fino, tratándose de granodioritas y de aplitas muy resistentes a la erosión, en las cuales el Arroyo del Pedroso ha excavado un profundo foso favorecido por la gran profusión de diaclasas verticales y horizontales que presentan estos “microgranitos” justo en las márgenes del Arroyo del Pedroso antes de su desembocadura en el Tajo. Los diques de aplitas se levantan como grandes paredones de muchos metros de altura que se mantienen en un difícil equilibrio.
Resulta espectacular el encajamiento del Arroyo del Pedroso en estas rocas, con formación de rápidos, cascadas y “marmitas de gigante”. Cuando el caudal de agua del Arroyo es elevado no podremos pasar a la otra orilla, resultando sobrecogedor el estruendo de la caida del agua en el interior del profundo cañón.
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A este desfiladero se llega utilizando el Camino Natural del Tajo desde la confluencia del Puente del Arzobispo. Encuentra más información de este camino aquí.